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La historia de mi cabello

Mis amores ¿Cómo han estado? Espero que muy bien, para este año vengo cargada de nuevo contenido (como les comenté en el post anterior) y pues ¿por qué postergarlo? He decidido en esta oportunidad hablarles sobre: Mi cabello, todo sobre él.

Nunca he sido del tipo de chicas que han tenido un cabello súper espectacular, al contrario, por muchísimos años sufrí de una resequedad terrible y de un frizz de película de terror, el cabello más rebelde del mundo, bastante ondulado y súper abundante.

Pasé muchos años de mi vida enfocándome sólo en comprar buenos champús y cremas de peinar para controlar mi melena de leona, pero siempre estaba muy inconforme, y para ese entonces secaba muy poco mi cabello, pues era una niña y no sabía hacerlo.

A los 14 años comencé a cuidarme el cabello yo solita con mascarillas caseras, y aceite de oliva, cosa que me ayudó bastante con el frizz y un tanto con la resequedad, pero mi cabello seguía siendo súper grueso y rebelde, pero digamos que “podía vivir con eso” porque se veía una cabellera muy saludable. A esta edad también comencé a  plancharlo con una plancha de cerámica y aunque pasaba horas haciéndolo me encantaba porque amaba el cabello liso y era la única forma que yo conocía para verme peinada, pues con mi cabello al natural nunca lo lograba. Y también era una buena forma de controlar la caída de mi cabello, pues las cremas de peinar y geles siempre me han caído muy mal.

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Con el paso del tiempo mi rutina de cabello no cambió mucho, simplemente comencé a experimentar con diferentes cortes de cabello y así aligerar el peso del mismo, ya que lo tenía largo y abundante.

A los 17 años mi cabello comenzó a pasar por su peor momento, pues estaba sufriendo de problemas hormonales (no lo supe hasta un año después) y la caída del cabello era preocupante,  la porosidad  de otro planeta y de verdad que ninguna mascarilla o ampolla funcionaba. Pero eso no es todo, tomé una terrible decisión: DECOLORAR MIS PUNTAS [Inserte gritos de horror].

Así pues, no me importó el estado frágil y sensible de mi cabello y decidí realizar este proceso químico tan agresivo en casa (de paso, que horror) Fue bastante traumático porque al ser mi cabello súper oscuro tardó muchísimo en aclararse a pesar de que era un cabello virgen; en fin, tardé bastante en lograr un tono decente en el cual se me pudiera notar un color fantasía; en ese momento parecía un camaleón: Puntas verdes, violetas, azul, fucsia, naranja, verde agua….  En fin, pasé unos 10 meses con ese look, hasta que el cabello me quedó literalmente como una escoba, ni la plancha lo domaba.

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Luego, al detectar mi problema hormonal y comenzar la medicación mi cabello comenzó a mejorar un poco, pero de igual forma ya el daño estaba hecho, la decoloración  lo mató.

Cuando por fin abrí los ojos comencé a volver a cuidar mi cabello y comprar mil productos para reparar mis puntas, hasta que unos meses después acepté que nada iba a repararlas, así que dejé de teñirlo y evitar a toda costa la plancha, por lo cual decidí utilizar un producto alisador.

Este producto alisador fue de gran ayuda en su momento porque me ayudó a alejarme bastante de la plancha, al “relajar” mis ondas el cabello se veía mucho más peinado y realmente fue de gran ayuda con el frizz, también cortaba mis puntas muy muy seguido porque me enfermaba ver mi cabello de ese modo, y como la decoloración había sido principalmente de medios a puntas era la zona más maltratada.

Un día no soporté más, me desesperé, decidí cortar radicalmente mi cabello justo por encima de mis hombros, despidiéndome así  de 10cm de cabello. Fue un shock al espejo porque nunca había tenido el cabello tan corto, no me disgustaba pero me sentía extraña.

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Para ese momento mi cabello seguía sin estar del todo sano debido a los problemas hormonales que aún seguía atravesando y  por los restos de decoloración que quedaban en él. Mantuve ese largo por un año, pues quería despedirme por completo de todo ese cabello dañado y feo, así que lo cortaba cada dos meses. Comencé a incluir en mi rutina de cabello los baños de aceite y muchas mascarillas para mejorar la apariencia y me estaba yendo bastante bien, luego en el año 2016 seguí con lo mismo, pero dejé de lado el tratamiento de alisado porque me hacía caer el cabello

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En septiembre del año 2016 tomé la decisión de recuperar el largo de mi cabello, pues ya  había mejorado notoriamente y es ahí donde comienzo el uso del champú de cebolla y del tónico capilar. Noté que el cabello no me crecía como antes y me preocupé hasta que probé exfoliar mi cuero cabelludo y ¡Voilá! Como por arte de magia mi cabello comenzó a crecer, luego en noviembre probé con la cirugía capilar y me fue excelente.

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Así llegamos a enero de 2017, donde estoy más que conforme con el estado de mi cabello, a pesar de que no tengo aún el largo deseado me hace feliz volver a tener una cabello sano y esta vez sin nada de frizz ni resequedad pues lo cuido muchísimo ¿Quieres saber cómo? Espera al próximo post, donde detallaré mi rutina de cabello.

Estoy pensando en hacer una serie de post sobre cuidados del cabello ¿Les gustaría? Déjenmelo saber en los comentarios o en mis redes sociales, muchos abrazos.

PD1: PIENSA MUY BIEN ANTES DE REALIZARTE ALGÚN PROCESO QUÍMICO EN TU CABELLO Y HAZLO EN MANOS DE UN PROFESIONAL. 

PD2: En serio piénsalo, fíjate todo lo que yo he tardado en recuperar el mío…

 

 

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